Susana

"soy el logro más grande que conseguí en mi vida"

La expresión de mi rostro de toda la vida.       /         Mi semblante hoy.

Hola! Soy Susana y paso a compartir mi experiencia, en un proceso que cambió mi vida!

Yo sufría depresión desde hacía unos años, supuestamente el desencadenante fue mi separación, pero no... bueno, yo no lo sabía, pero tenia muchas cosas de mi infancia sin resolver. No lo supe hasta que la vida me cruzó con quien me ayudaría a transitar este nuevo camino.

Mi vida estaba siendo MUY DIFICL, tenia meses sin dormir, era llorar las 24 horas del día, vivía encerrada, salía a trabajar cuando tenía ganas de salir de la cama (trabajando donde no me gustaba y lo hacía por obligación), estaba a punto de abandonar mis estudios ya estando en la recta final.

En eso, mis hijos mas grandes se fueron a vivir con su papá y yo quedé con la nena más chiquita, ahí caí más abajo de lo que creía que podía... Volví a un tratamiento psiquiátrico con medicación, no quería tomar pastillas, me resistía, pero las tomaba igual. Pase como diez años de mi vida yendo a terapia, en ese momento cambie dos o tres psicólogas en cuestiones de días, y ahí fue cuando q pensé que mi vida tenia solo dos caminos, uno era la oportunidad de salir de todo esto, o bien, me hundía del todo, esperando que en algún momento la muerte llegue a mi por arte de magia y se terminara todo ese sufrimiento que llevaba dentro mío.

En 2019 decido, como ultimo recurso, buscar ayuda en lo alternativo, y fue a través de reiki que conocí a Sony. Tuvimos una sesión donde aparte de la camilla yo pude hablar con ella y fue muy impactante para mi, no me conocía, no sabia nada de mi, era la primera vez que me veía y sin embargo me preguntó con tal exactitud y certeza, a acerca de algo que jamás pude hablar nunca con nadie y que ocultaba en mi interior con muchísimo dolor y sufrimiento. Sentí como si me hubieran quebrado, como si me hubieran descubierto de sorpresa y no podía salir corriendo, pero también sentia que no quería hacerlo, de alguna manera no había amenazas en ese lugar, había alguien que por fin quizás había visto mi dolor, me había visto de verdad, como quizás nunca nadie me había visto, ni yo misma. Lloré, claro que lloré. Ese día, creo que con esa charla y la camilla de reiki, pude volver a dormir por las noches y noté que reiki me ayudaba a sentirme bien, tranquila, relajada y podia descansar.

Hacia finales de ese mismo año, noviembre de 2019, decidí ir en búsqueda de una vida diferente y aceptar ayuda, algo que nunca solía pedir, porque yo siempre pude y podía remar eso y todo, SOLA. Sony iba a ser esa luz que me acompañaría en mi búsqueda.

Bueno jamás creí que ese nuevo camino que había tomado era un boleto de ida sin vueltas.

Comenzamos a trabajar juntas de una manera que nunca lo hice, yo creía que seria sentarme y charlar 40 minutos una o dos veces por semana y contar lo que me pasó en la semana por ejemplo, como eran mis terapias anteriores. ¡Y nooooo! vaya sorpresa cuando ella empezó a retroceder hacia mi niñez. Yo decía para que se va tan atrás y si mi problema es ahora!! Luego pude comprender, que ahí es estaba toda la cuestión!

Pude entender muchas cosas, por ejemplo que viví en un hogar con padres castradores, limitantes, exigentes, tuve un padre emocionalmente ausente, una madre melancólica, maltratos, abuso, jamás fui escuchada, valorada y así infinidades de cosas. Y yo estaba consciente que estaba siendo el fiel reflejo de mis padres y no quería eso. Era tanto lo que cargaba sobre mi.... yo lo sabía de alguna manera, pero no comprendía como es que todo aquello me había afectado, ni mucho menos que yo podía cambiar esa historia, no afuera, sino dentro mío, nada de esto comprendía y seguía pensando en morirme.

Estuve siempre acompañada y contenida por Sony que me enseñó todo lo que no me dieron en mi vida, no sabía lo que era un abrazo sincero, recibir cariño, (aunque mendigaba amor por todos lados sin ser consciente) y más aún que me enseño a mirar la vida con amor, me hacia ver que yo valía mucho más de lo que creía. Yo era una piedra, cero demostrativa. Eso sí, era muy autocrítica conmigo misma, exigente, tenía que ser perfecta... algo que después empecé a ver que no necesitaba... que la vida era mas simple y mas linda que mis exigencias, que eran solo mías.

Así se comenzó a transitar esta gestación, ¡era una gestación! si, porque estaba por nacer "YO". Fue difícil por momentos, pero fue increíble. Cada día era algo nuevo, cada experiencia, cada paso que avanzaba era maravilloso. Empecé a valorar cosas que no tenia en cuenta antes, como levantarme y ver el sol o que el viento rosara mi cara... era una caricia para mi corazón y mi alma, antes yo odiaba eso porque mi mal humor estaba presente las 24hs.

Seguía con la psiquiatra y la medicación mientras estaba con Sony. Cuando volví a mi segunda cita con la psiquiatra, que era cada 20 días para regular la medicación, se encontró con una persona completamente distinta a la que fue días anteriores: mis ojos deshinchados y con otro brillo (según ella), arreglada (cositas como un mínimo de maquillaje, el pelo en fin pequeños cambios), etc, por lo ella quedo sorprendida y me bautizó como el ave fénix. No se podía imaginar qué estaría yo haciendo para que en tan pocos días notara la diferencia y me bajara la medicación a la dosis mínima. Me sentía muy motivada, pues no solo yo comenzaba a sentirme y verme diferente y eso era muy alentador, me hacia ver que todo esto era verdadero y estaba sucediendo en mi, casi sin darme cuenta.

Con Sony este proceso duró unos 4 meses aproximadamente. Recuerdo que yo sentía miedo, ¡claro! como no iba a sentir miedo si era todo nuevo, era la vida que yo estaba construyendo para mi, muchas veces pensé en abandonar el barco, no crean que fue todo color de rosas. Si había grises que eran parte muy arraigada de la vida que tenia, pero aprendí, transformé, empecé a tomar mis propias decisiones sin esperar que me aprueben. Yo salí literalmente a comerme el mundo, esto era todo lo que siempre quise. Termine mis estudios, ¡ME RECIBI!, renuncié a un trabajo de diez años (en blanco), pude sentir esa confianza en mi para poder decidir sin miedo: esto si-esto no, aún sabiendo que me podía equivocar, ¡pero qué importa! me tengo a mi! Terminé una relación infeliz, donde mendigaba atención y cariño, de un hombre que lo único que le daba a mi vida era, era ayudarme a confirmar lo que siempre gobernó emocionalmente mi autoestima: que lo que yo esperaba de un vinculo, yo no lo valía. Esas cosas ya no eran parte de mi nuevo registro emocional, por ende, ya no podían ser en mi vida. Aprendí que un vinculo no se termina cuando sabes que te hace mal (porque yo lo sabia), se termina cuando se transforma la manera de quererse uno, porque ahí ya no hay más dudas... y solo hay lugar para la certeza.

Era magia, sola comencé a buscar lo que que quería para mi bienestar. Sentía que estaba tocando el cielo con las manos... se los juro. Mejore la relación con mis hijos, con mi padre. Aprendí que ellos me enseñaron lo que tenían aprendido de sus padres, y que yo no quería eso para mi. Aprendí a perdonar, a entender, a dejar de juzgar y a poder aceptar al otro tal como es, que yo no puedo cambiar a nadie pero yo si puedo cambiar lo que no me gusta.

En fines de marzo cuando ya me sentía realmente plena y muy a gusto conmigo misma, mi proceso con Sony había terminado, fue el logro más grande que conseguí en mi vida. En abril tuve el alta psiquiátrica y en junio en plena pandemia, me lancé con mi propia empresa de servicios eléctricos, trabajando de manera autónoma y me fui a vivir sola con mi pequeñita, dejando mi hogar natal y luego adopté un gatito.

Uffff no me alcanzaría el tiempo para seguir contando todo lo que siguió después y todo lo que sigo haciendo. Ahora con mi experiencia les digo a quienes no lo saben, que si se puede cambiar la vida. Está en uno querer hacerlo, querer cambiar algo que no nos hace bien, porque si yo rompí con esos patrones, creencias, limitaciones y demás, cualquier persona lo puede hacer y es la satisfacción más grande el poder escucharse, quererse y hacerle caso a lo que el alma te pide a gritos.

Yo siempre dije que la vida nos pone a cada persona donde tienen que estar por alguna razón. Para mi esa persona, fue Sony, la persona indicada en el momento justo, para que yo pueda ver y transformar mi vida. Espere 35 años para renacer. Y les juro que no hay palabras para seguir expresando esto. Con decirles que puedo pararme aquí y compartirlo, ustedes imaginensé.

Voy a estar siempre agradecida de conocerte, Sonita. Por tu amor, tu entrega, tu compromiso, TU PACIENCIA, y estar dispuesta siempre a ayudarme, sin condiciones estuviste ahí siempre que te necesité.

Mi gran maestra de vida. Gracias a tu luz, hoy conozco mi luz.

¡Hicimos un trabajo fantástico!

Gracias siempre.